Archivo de la categoría: Brilyn

A mi ángel de cuatro patas

Brilyn, mi perra guía, y yo posando en cuclillas y abrazadas en el salón de casa

Brilyn, mi perra guía, y yo posando en cuclillas y abrazadas en el salón de casa

Llevo días pensando en cómo escribir esta entrada del blog, comenzándola cientos de veces en mi cabeza, borrándola y volviendo a empezar. Ojalá nunca hubiera tenido que escribirla, pero tú y yo sabíamos que lo nuestro no era para siempre. Conocíamos las reglas del juego desde el comienzo y, aun así, decidimos jugar. Qué juego tan cruel es la vida, que nos pone y nos quita a veces sin siquiera pedir permiso.

Hace dos semanas y cuatro días que te fuiste y todavía intento digerir que ya no volveré a tenerte entre mis brazos, ni a sentir tu suave pelaje entre mis dedos. Dos semanas y cuatro días en los que cada minuto sin ti han sido los más tristes de mi vida.

Ojalá no tuviera que escribir esta entrada del blog, pero siento que debo hacerlo, que te lo debo. Es lo correcto. Si te escribí decenas de posts cuando llegaste a mi vida, y otros tantos durante los meses en que nos estuvimos conociendo, siento que ahora, más que nunca, también mereces que estos torpes dedos vuelen sobre el teclado y traten, a duras penas, de dedicarte la despedida que creo mereces.

Antes de continuar, me veo obligada a hacer una advertencia al lector. Si hace poco que has perdido a tu mascota, o eres muy sensible ante el duelo y la pérdida, o eres un miembro de mi familia que crees que no podrás soportar leer este post, puede que no debas seguir leyendo. Quizás yo me sienta preparada para escribirlo, pero tal vez vosotros no lo estéis aún para leerlo. Es más, no me importa si nadie lo lee. Solo lo escribo para ella, que de todos modos no podrá leerlo. Pero yo siento que se lo debo. Así que si os apetece seguir leyendo, adelante. Si no, no os preocupéis, lo entenderé. Nos reencontraremos en el siguiente post.

Sigue leyendo

11 años de luz

Cada 4 de junio es especial en nuestra casa, porque un 4 de junio del año 2008 nacía en el estado de Michigan (EEUU), en la escuela Leader Dogs for the Blind, un cachorro de golden retriever que, sin todavía saberlo, estaba destinada a ser mi compañera de viaje.


(Imagen de Brilyn, mi perra guía, en primer plano con la boca abierta, sonriendo)

En esa época yo estaba terminando la carrera. En realidad, seguramente estaba nerviosa por los últimos exámenes,deseando acabar de una vez para disfrutar del verano. Llevaba cerca de dos años inscrita en la lista de espera de la ONCE para obtener mi perro guía y ni se me pasaba por la cabeza que en algún lugar, al otro extremo del Atlántico, estaba llegando al mundo un ser que llenaría mis días de luz y amor.
Sigue leyendo

Aniversario peludo

Hoy hace justo seis años que Brilyn llegó a mi vida. Seis años desde aquel maravilloso momento en el que literalmente, se abalanzó sobre mí y me robó el corazón.

En este tiempo hemos aprendido a caminar juntas. Hemos pasado por muchas cosas, pequeña, como un verdadero equipo. Nos ha tocado vivir un cambio de ciudad, tres mudanzas (a las que tú te adaptaste infinitamente más rápido que yo), un nuevo empleo, nuevas rutas para ir a trabajar, nuevos compañeros de oficina… Mil y un chaparrones, meternos en cientos de charcos, decirle por enésima vez a la enésima persona que te quiere llamar la atención que a los perros guía no se les debe distraer cuando van trabajando…

Y en todo este tiempo, tú te has portado como una auténtica campeona. Qué razón tenía Randy, tu instructor de la Leader Dog School cuando decía que los españoles siempre nos llevábamos los mejores perros que tenían en la escuela, aquellos que eran auténticos todoterreno.

En estos seis años he aprendido mucho de ti, pero también he aprendido algo sobre mí misma, y es que, aunque nos parezca imposible, se puede llegar a amar a un animal tanto como a alguien de la propia familia. Porque en eso te has convertido tú en estos seis años, en un miembro más de la familia.

Por eso, como no podía ser de otro modo, estuviste presente el día de nuestra boda. En la ceremonia no, porque sé que te habrías puesto demasiado nerviosa. Pero sí que estuviste presente todo el tiempo después, durante la sesión de fotos en la orilla del río Duero, y más tarde, en el restaurante, a nuestro lado.

Fingiremos que ese día no nos dimos cuenta de que algún que otro trozo de pan te comiste… porque era un día especial y también tú tenías derecho a disfrutar a tu manera 🙂

Pero es que no concebía el día más importante de mi vida sin que tú estuvieras presente.

Ahora tienes siete años y estás en plena madurez. Eres una perra muy serena, cariñosa hasta el extremo y sociable a más no poder (más de lo que me gustaría muchas veces). Creo que estás en lo mejor de la vida y espero que podamos seguir compartiendo juntas muchos momentos importantes.

Por estos seis años y otros más que vendrán.

Gracias por todo, peluda.


Brilyn y yo en el salón (21.10.2015)

También puedes leer:
«Aquel día sufrí un flechazo»
«La reina de la casa»

Aquel día sufrí un flechazo

Nuestro primer encuentro fue ya un auténtico flechazo.

Yo esperaba nerviosa en la habitación 28 de la escuela de Leader Dogs for the Blind, Rochester, Michigan, a que llamasen a la puerta y me anunciasen tu llegada. Llevaba tres años aguardando aquel momento. No. En realidad, llevaba toda la vida soñando contigo. Y por fin aquella mañana de octubre, mi sueño de tantos años iba a convertirse en una realidad palpable.

Y tan palpable.

Tan solo conocía tu nombre (hacía 10 escasos minutos que me lo habían dicho), además de tu edad y el color de tu pelo.

Nervios. Cada vez más nervios.

Sostenía un par de galletas en la mano, a modo de talismán y al mismo tiempo de ancla. No podía creer que aquello por fin fuese a ocurrir. No necesité pellizcarme, porque sabía que el momento era muy real. El calor de la habitación, las voces en el pasillo, los pasos, las risas.
Y de pronto, los esperados toques en la puerta.

Y pronuncié tu nombre por primera vez. Alto, claro y con decisión. Llena de emoción y nervios, pero ansiosa por conocerte.

Y entonces ocurrió.

Entraste corriendo en la habitación, te abalanzaste sobre mí como un torbellino de pelo, con una lengua húmeda que pretendía conocerme, registrar mi olor y mi sabor por primera vez.

Te di la primera de las galletas, y con los nervios, me la arrebataste sin miramientos. Creo que estabas aún más nerviosa que yo.

¿Dónde estabas? ¿Y por qué de pronto te dejaban en aquella habitación con aquella extraña chica que no hacía más que gritar de alegría y decir tu nombre?

Querías salir, investigarlo todo. Volver con Randy, el que había sido tu mentor y tu humano favorito en los últimos meses. ¿Por qué se había ido Randy y te dejaba allí?

En la siguiente hora y media que pasamos juntas, no paraste de moverte, de jadear nerviosa, de temblar, jugar, oler y lamerme entera.

Te di la segunda galleta. Ya no recuerdo en qué momento, ni si la cogiste con más delicadeza de mi mano. Solo recuerdo que ambas estábamos exhaustas y muy nerviosas.
Tú, porque no sabías que vendría a continuación. Yo, porque acababa de sufrir un flechazo.
Tú, que te preguntabas qué se esperaría ahora de ti. Yo, tratando de convencerme de que eras real.

Y entre revolcones, lametazos, nervios y un torrente de emociones, la certeza de que desde aquel momento, desde aquel día, mi corazón te pertenecería para siempre.

Ahora, cuatro años después de aquel mágico instante, aún se me pone la piel de gallina al recordarlo. Creo que si tuviera una máquina del tiempo y pudiera viajar hacia donde quisiera, o me dieran a elegir revivir un día de mi vida, sin duda regresaría a aquella mañana de octubre, en la habitación 28 de la escuela de Leader Dogs for the Blind, Rochester, Michigan.

Y volvería a entregarte mi corazón.

Porque quien no tiene un perro en su vida, no sabe lo que es el amor sin condiciones.

Brilyn y yo presentamos el blog en una entrevista para ‘e-volución’

El pasado mes de mayo, Brilyn y yo estuvimos realizando unas prácticas profesionales en la productora audiovisual SEVENTHE PRODUCCIONES. Allí estuve desarrollando labores de comunicación, márketing, community manager, edición y redacción de textos, etc.

La periodista Laura Negro se interesó por la forma en la que las personas ciegas podemos acceder a las nuevas tecnologías, como por ejemplo, cómo utilizamos un ordenador, un teléfono móvil, o incluso, cómo se escribe y publica un blog siendo invidente.

El resultado fue una vídeo-entrevista que publica hoy el suplemento e-volución, del diario El Norte de Castilla.

Os dejo con el enlace, donde podéis vernos trabajando en la oficina… Y a Brilyn guiando en la calle 😉

Entrevista con Patricia Carrascal, creadora del blog «Viviendo a tientas»

Y la entrevista completa, en texto, podeis leerla aquí:

Blogueando a ciegas

Los perros guía también se divierten

Existe la extraña creencia (falsa) de que los perros guía están trabajando las 24 horas al día y que son animales explotados que nunca se divierten. Pero nada más lejos de la realidad.

Los perros guía solo están trabajando cuando llevan el arnés puesto sobre el lomo y su dueño va detrás, con su mano sobre el asa de dicho arnés, dejándose guiar por el perro. Es entonces cuando no se les debe distraer, ni acariciar, ni silbar/chistar/tirar besitos ni nada parecido. Porque por muy bien entrenado y disciplinado que esté, un perro guía no deja de ser un animal, con su instinto, con sus ganas de jugar, y por naturaleza son seres sociables que quieren responder cuando alguien les hace un gesto de saludo.

Por eso se suele aconsejar que no se salude o llame a un perro guía cuando veáis que va trabajando.

Sin embargo, cuando el perro guía no lleva el arnés, o su dueño le deja que camine o corretee suelto en un parque, podéis tocarlo sin problema. Eso sí, para evitaros conflictos, PREGUNTADLE SIEMPRE ANTES A SU DUEÑO.

En casa los perros guía no tienen que trabajar, por lo tanto están sueltos, sin su arnés y sin la correa, como un perro normal.

Y días como los de esta Semana santa, que no para de llover, ¿qué hacer con tu perro todo el día metido en casa?

Pues una de dos: o le pones un chubasquero, que le cubra bien el lomo y la barriga para que no se moje demasiado y sales igualmente, o esperas en casa a que pase el chaparrón…

Y te inventas algún juego para que el animal no se vuelva loco de aburrimiento…

Os dejo un vídeo de Brilyn, mi perra guía, jugando en la cocina con su juguete favorito: el tigre de plástico. El pobre está ya tan castigado que le faltan los dos brazos… Pero a ella no le importa.

Algo importante a la hora de jugar con un perro guía es mantener la disciplina y las pautas de comportamiento. Es decir, si normalmente no se les permite ladrar o dar saltos, es muy importante que durante el juego controlemos que no cometan estas infracciones. Hay veces que el perro se excita tanto con el juego, que quiere echar la boca, enseña los dientes jugando, ladra, se pone a dos patas, etc. Este tipo de comportamiento puede ser peligroso para el usuario ya que pierde el control sobre el juego. En ese momento debemos parar al perro, ya sea cruzándonos de brazos, o usando alguna palabra con la que él comprenda que el juego ha terminado, como un enérgico ‘¡No!’. En definitiva, hacerle entender que el juego se acabó.

Salvando las distancias, sería como un niño que jugando se ha puesto demasiado bruto y ha comenzado a darnos cabezazos o a golpear los juguetes contra los muebles. Algo parecido…

Por ejemplo, en el vídeo podréis observar como al final, en los últimos segundos de la grabación, yo le riño a Brilyn y paro el juego porque escuché que estaba masticando algo… probablemente, una parte que se desgarró de su querido tigre mutilado. En ese instante paré el juego, regañé a la perra y guardé el juguete. Así ella entiende que no debe comerse partes del tigre.

Pero siguiendo esas sencillas pautas, y llevando a cabo juegos que estimulen al perro y no estropeen su disciplina, un perro guía puede jugar y tener momentos de ocio igual que cualquier otro perro.

Vídeos por cortesía de nekerox

Brilyn en el Laberinto de Tusitala

Si hay una cosa que adoro de las redes sociales, en especial de Twitter , es que puedes llegar a conocer a grandes personas y forjar amistades que nunca imaginarías. Así fue como conocí a Casiopea (Berta López fuera de la red 2.0), y cómo poco a poco, fue surgiendo una especial amistad 🙂

Ella también es periodista, pero además ha logrado cumplir el sueño que yo aún tengo pendiente: escribir un libro. En su caso, se trata de su primer libro de cuentos, ‘Anamorfosis’. Además, es autora en el blog El Laberinto de Tusitala . Allí escribe una sección a la que ha dado el curioso nombre de ‘Dime con quien andas’, en la que entrevista a personas que tienen historias que contar acerca de sus mascotas, o esos miembros peludos de la familia de los que tanto nos (me incluyo) gusta hablar a quienes tenemos la suerte de convivir con uno.

Me preguntó si me apetecía hacer un DCQA sobre Brilyn, contando cómo era vivir con un perro guía, y yo, por supuesto, dije que sí. Ya sabéis que me encanta colaborar con mis amigos 😉

El resultado de aquella entrevista podeis leerlo haciendo click en el siguiente enlace:

Brilyn o cómo ser los ojos de una persona

Ya me diréis si os gusta 😉

¡FELIZ (CANINO) CUMPLEAÑOS, BRILYN!

Sábado, 4 junio 2011

Hoy, 4 de junio, es un día bastante especial para nosotros, la familia que formamos este Viviendo a tientas. Y es que justamente un día como hoy, en el año 2008, nacía el miembro más joven de la familia radiofónica. Sí, como habréis adivinado, se trata de Brilyn, la perra guía más mediática, al menos en nuestra comunidad.

Hoy Brilyn cumple 3 años. No tengo ni idea de si los perros son conscientes de este tipo de cosas. No lo creo. Pero de lo que estoy segura, es que hay gente que sí celebra el cumpleaños de sus mascotas.

De todos modos, ¿cómo saber los años que cumple un perro realmente? Con eso que dicen de que cada año nuestro, cuenta como siete para un perro, ya no sé si la edad de Brilyn es de 3 o de 21. ¡Y anda que no hay diferencia! Si cumple solo 3, aun es el cachorro de la casa. Pero es que si cumple 21, ya es mayor de edad en todos los países. Ya podría conducir y beber alcohol.

Bueno, conducir ya conduce. Es lo que tiene ser perro guía, que desde bien joven ya te ponen a trabajar. Ella lleva guiando desde que tenía un año y medio. O sea, unos 10 u 11 años perrunos, ¿no? NO sé, creo que me estoy liando.

Bueno, el caso es que desde que tiene Facebook, esta perra es más conocida que Lady Gaga. Ayer ya había llegado a los 80 amigos, y hoy, entre felicitaciones de cumpleaños y demás, veremos a ver qué pasa. Si consigue llegar a los 100 amigos, ha prometido subir a la web un vídeo divertido. No me preguntéis qué vídeo, porque no tengo ni idea.

Pero volviendo al tema de los amigos, lo gracioso es que le llegan solicitudes de amistad de lo más variopintas. El otro día, recibió un mensaje que decía, que una tal «Cangreja de mar» quería ser su amiga en Facebook. También ha hecho muchos amigos que son amantes de los animales, que o bien tienen perro o lo han tenido. Incluso le escribió un señor que vive en Mauritania, en la frontera con Marruecos, que dice tener 3 perros. Así que ya traspasamos las fronteras nacionales.

Pero no sólo eso. Esta semana, una compañera suya de la escuela de Rochester, Leader Dogs, también se ha animado a entrar en Facebook, y le envió una solicitud de amistad desde Dublín. Si entráis en el perfil de Brilyn, encontraréis a la otra perra guía por el nombre de Kenzie. Y es que dios les cría, y ellos se juntan, aunque sea a través de Facebook.

Bueno, también hay gente a la que esto de crearle un perfil al perro en las redes sociales, le parece una soberana tontería. Bien, están en todo su derecho de creerlo. Con no enviar solicitud de amistad al perro…
Pero vamos, que esto surgió de la forma más sana, como algo divertido. Nadie va a explotar al perro ni nada parecido. Es solo una forma más de usar las redes sociales, para conocer a otras personas que como nosotros, aman a los animales. Y a la vista está que hay gente, a la que le interesa la vida de Brilyn, le gusta ver fotos del perro, y leer comentarios de lo que Brilyn hace en su día a día.

YO creo que mientras se haga con respeto, y de forma sana y divertida, ¿dónde está el problema? Pero bueno, siempre hay gente a la que le falta el sentido del humor.

Nosotros de momento, nos vamos de cumpleaños. SI alguien se quiere unir a la fiesta, puede entrar en Facebook y buscar a «Brilyn Rochester«, o el perfil de «Viviendo a tientas«. Allí podréis ver fotos de Brilyn celebrando su cumpleaños,que iremos poniendo a lo largo del día de hoy. Y quién sabe, a lo mejor hay alguna sorpresa más.

Un saludo, y lametones para todos de parte de la cumpleañera.

Click aquí para escuchar el audio —

Perfil de Brilyn en Facebook:
http://www.facebook.com/profile.php?id=100002503320756

Perfil Viviendo a tientas en Facebook:
http://www.facebook.com/profile.php?id=100002181827370

Cambio de collar corrector

Sí amigos, nos hemos visto obligados a comenzar este 2010 utilizando un nuevo collar corrector.

Resulta que mi perra guía (Brilyn, para los que aún no la conozcan) es tan juguetona y nerviosa que a sus 19 meses ya ha roto el collar corrector que nos habían dado en la escuela de entrenamiento de Rochester, Leader Dog .

Hasta ahora estábamos usando el Gentle Leader , y le iba muy bien, porque cada vez que se distraía, quería ir a oler algo o saludar a otro perro, yo tiraba de la correa, esta a su vez tiraba del Gentle, y la perra iba recta como una vela. Pero el pasado domingo estábamos en una celebración familiar, comiendo en un restaurante, y Brilyn decidió que no quería llevar puesto el Gentle nunca mas, así que cuando me quise dar cuenta, eché la mano buscando bajo la mesa, y noté que se lo había arrancado con las patas y lo había mordido.

Brilyn me miraba jadeando y parecía decir: “Se acabó el Gentle Leader para siempre”.

Esta semana la verdad es que se ha portado bastante bien, casi como una señorita, me ha llevado guiando a varios sitios y a penas he tenido que corregirla, porque ha ido muy bien, como una profesional. Pero no hay que fiarse, porque cualquier día puede ponerse rebelde, y entonces… ¿qué haré si no tengo el Gentle? Ella tiene mucha más fuerza que yo, y cuando tira, a penas puedo contenerla con la correa.

Mis problemas se acabaron hoy. Fui a un centro comercial para descambiar algunos regalos de navidad, y por casualidad me acerqué a preguntar a la tienda de animales que había allí. No tenían el Gentle como tal, pero me enseñaron un collar muy similar, llamado Halti , que realiza la misma función, y que incluso parece mejor.

Os dejo un artículo sobre el uso de este collar, para que veáis como es y cómo se utiliza, ¿de acuerdo?

<!–
.quote {width:350px; padding: 6px; border: solid 1px #456B8F; font: 10px helvetica, verdana, sans-serif; color: #222222; background-color: #ffffff}
.quote a {font: 13px arial, serif; color: #003399; text-decoration: underline}
.quote a:hover {color: #FF9900; }
–>

El uso correcto de los collares tipo Halti
Proaweb – Saturday, 16 de January de 2010

Pero estad tranquilos, que aunque Randy (el instructor que entrenó a Brilyn) dijo que si quería, podía ponérselo siempre, cada vez que saliéramos a la calle con el arnés, creo que cada vez lo va necesitando menos. Brilyn ya está más tranquila y más habituada a la ciudad. Sigue queriendo ir a saludar y jugar con todos los perros que se cruza por la calle, pero eso supongo que es normal en un perro de su edad. A la hora de trabajar, guía estupendamente, así que supongo que el Halti se lo pondré tan solo esos días que esté mas rebelde de lo habitual, y progresivamente seguro que lo va necesitando menos.