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Jugando a ser actriz

Toda mi vida, desde que tengo uso de razón, recuerdo haber soñado con ser actriz. Cuando era pequeña jugaba a disfrazarme con mis primos y les obligaba a aprenderse breves historietas que yo inventaba. Buscábamos en el viejo desván de la abuela Teodora, entre los uniformes del ejército del tío Manuel -que en paz descanse, el pobrecito-, y las cofias y delantales que utilizaba la abuela cuando servía en la casa del alcalde.
Nos lo pasábamos pipa. A veces inventábamos que la sirvienta se enamoraba del oficial y se fugaban juntos, quizás porque lo habíamos visto en alguna película de la televisión, de esas que tanto le gustaban a la abuela. Otras veces organizábamos una función destinada a toda la familia. Esas eran las mejores. Juntábamos a todos los tíos, primos, abuelos y hasta vecinos, y hacíamos nuestra representación.
Cómo nos aplaudían todos. Y a nosotros, ¡cómo nos gustaban esos aplausos!
Desde entonces creo que tengo claro que quiero ser actriz.
Pero últimamente, parece que todo se pone en mi contra. El otro día fui por enésima vez a una de esas pruebas. Buscaban a una chica joven para un anuncio de perfume.

“Nos gusta tu pelo, pero…” (Me lo temía, siempre hay un “pero…”) “… Eres demasiado mayor para este papel.”

¿Demasiado mayor? ¡Pero si aún no he cumplido los 30!
Es deprimente.

Voy a otra prueba. Esta vez me ha recomendado mi amiga Mº Ángeles, que dice que buscan a una mujer joven, estatura media, de aspecto maternal para un anuncio de suavizante. Vamos allá…

“Nos gusta mucho tu voz y tu expresión corporal, pero… (Dios mío, ¿y ahora qué?) “…pero eres demasiado juvenil, no das el pego de madre”.

¿En qué quedamos? ¿Soy demasiado mayor o demasiado joven? Aclárense, señores.

He visto en el periódico que buscan una mujer de pelo oscuro para interpretar a la madrastra de Blancanieves en una función infantil. Me presento, y a ver qué pasa.

“Es que… no tiene usted cara de madrastra, la verdad. Es demasiado… dulce, ¿entiende?”

¡Qué voy a entender! ¿Demasiado dulce? ¡Pero si yo hice el papel de Maléfica cuando representamos La Bella Durmiente en el instituto! Aunque en aquella ocasión, la profesora me puso un suspenso, por cierto. Pero es que La muy zorra me odiaba porque yo salía con su hijo, y eso jugaba en mi contra.

En fin. Parece que soy demasiado joven, demasiado mayor, demasiado dulce, demasiado agresiva, demasiado alta, demasiado baja, demasiado morena, demasiado femenina y demasiado mujer para hacer cualquier cosa.

Me marcho a llorar a mi casa. Esto de jugar a ser actriz me agota, y creo que no se me da bien, como casi nada. Será que soy demasiado soñadora, demasiado optimista, demasiado ingenua…

Pero entonces, ¿qué coño hago ahora con mi vida?

Las 10 preguntas más ‘estúpidas’ que nos hacen a los ciegos. Parte II

Tras la revolución causada por la primera parte del post sobre Las 10 preguntas más ‘estúpidas’ que nos hacen a los ciegos, y la falta de humor con la que algunos se han tomado la entrada, me veo obligada a hacer algunas aclaraciones.

1º. Con el post no pretendía, ni pretendo, reírme de quienes se acercan a nosotros y nos preguntan. Ni mucho menos. Sé que lo hacen producto de la curiosidad, y prefiero mil veces que se acerquen y me pregunten cualquier cosa que les ronde por la cabeza, antes que oírles cuchichear por lo bajo. O que se queden con la duda. Eso es mucho peor. Creo que he demostrado que soy una persona tolerante y que ni mucho menos me tomo estas preguntas como una ofensa, y así lo he indicado al explicar la anécdota de los chicos que me preguntaron si los ciegos veíamos en blanco o en negro. Me paré y se lo expliqué con toda naturalidad. Siempre lo hago. No tengo ningún inconveniente en responder a TODO EL MUNDO que me hace una pregunta, por muy rara, tonta o complicada que me parezca. Siempre respondo. Escepto a las groserías. Porque hay ciertas preguntas que demuestran una auténtica falta de educación por parte de quien las formula. Y muchas veces, quien las realiza lo hace por puro morbo. Lo siento, pero si yo nunca le preguntaría a alguien que ve cómo hace el amor o como se limpia cuando va al baño, espero que la gente tenga la suficiente cabeza y educación para no preguntarme esas groserías. Como dice mi abuela, a buen entendedor, pocas palabras bastan.

2º. Con respecto a la utilización del término ‘estúpidas’, para denominar esas preguntas que a veces tenemos que ‘soportar’ quienes no vemos, solo diré que tal vez la elección del adjetivo no fue la más adecuada por mi parte. Quería reflejar que se trataba de una serie de preguntas que si la gente utilizara un poco la cabeza, si tan solo se parasen a pensar un poquito, no tendrían ni que hacérnoslas. Es como si yo le preguntase a alguien que ve algo como “¿Y no te mareas al ver con los 2 ojos a la vez?”, o “¿En tus sueños ves en HD y Tecnicolor?”.

Tal vez debería haberlas llamado ‘preguntas tontas’, o ‘preguntas sinsentido’. Pero como me dijo un colega, también invidente y futuro periodista, “lo que vende es el titular”. Sed sinceros, ¿acaso habríais entrado a leer el post si no hubierais visto en el título la palabra ‘estúpidas’?

3º. Quien dijo que me reía de mi propia abuela, cuando preguntó que quién me limpiaba la cocina y el baño… En fin. Lo justificcccccccaremos porque sé que no me conocéis en absoluto. Ni a mi abuela ni a mí. Lo que yo criticaba de esa pregunta en cuestión, es que ella daba por sentado que yo tenía a alguien que me limpiaba el baño y la cocina, directamente. No pensó que su nieta pudiera hacerlo. No preguntó cómo lo limpiaba, ni cómo me las arreglaba para hacerlo, si no que daba por sentado que yo no era capaz de hacerlo por mi misma. Creo que hay una sutil diferencia entre una cosa y la otra. Pero si lo que queréis es que explique cómo limpio el baño y la cocina, preguntadlo, y dedicaré un post entero al asunto. Aunque creedme que no tiene nada de extraordinario

4º. Otra cosa que no entiendo es dónde algunos han visto que he insultado a quienes nos preguntan, o dónde he puesto que me parezca mal que nos hagan preguntas. ¡Todo lo contrario! El espíritu de todo el post, es precisamente lo opuesto: aclarar y explicar esas ‘dudas tontas’. Me gusta que la gente piense, reflexione antes de soltar la primera barbaridad que se le venga a la cabeza. Pero en ningún momento he dicho (o eso creo) que nos moleste que nos hagan preguntas. Al menos a mí no me importa. Entiendo la curiosidad de la gente, ¡precisamente porque yo soy así de curiosa y pregunto todo lo que se me ocurre! Así que por favor, que nadie se corte, preguntad todo lo que queráis. Eso sí, con respeto. Que yo procuraré iros respondiendo a todo. Es más, tras la avalancha de comentarios que tuvo la primera parte del post, con cientos de nuevas preguntas que me habéis dejado (algunas de ellas realmente interesantes, por cierto), he decidido que iré dando respuesta a todas las dudas en varios posts. Así que si se os ocurre cualquier pregunta, por tonta que os parezca, hacedla. Pero no olvidéis, como he dicho, hacerlo con respeto.

Y ahora, continuamos con el ‘Top 10’ de las preguntas más ‘estúpidas’. Como las respuestas son largas y las anteriores aclaraciones han hecho que me extendiera más de lo que pensaba, en este post solo hablaremos de la pregunta #6. Publicaré el resto de las preguntas en otro post. Así no se os hace demasiado largo.

6. ¿Los ciegos también vais al cine? ¿Veis películas?

La gente suele sorprenderse cuando les digo que me gusta el cine, y que voy tan a menudo como la economía me lo permite. Se quedan pasmados ante la idea de que una persona invidente pueda acudir al cine y disfrutar de una película. En una ocasión, cuando hacía prácticas laborales en un medio de comunicación, fue el propio director del medio quien me preguntó si era en serio, y cómo era posible que me gustase el cine, si no podía ver las películas. Bien, en este punto, deberíamos matizar que para quienes carecemos de la vista, el verbo ‘ver’ tiene un amplio significado. No lo utilizamos estrictamente con el sentido de ver algo con los ojos. Pero es que, si lo pensáis bien, vosotros tampoco. Por ejemplo, cuando nos encontramos con alguien por la calle con el que hacía tiempo que no coincidíamos, le decimos con total naturalidad: “¡Hombre, me alegro de verte!”. Expresiones como: “El otro día vi a la amiga de tu hermano”; “He visto que este fin de semana va a llover”; “Anoche vi una serie nueva en la TV”; no son expresiones que exclusivamente podáis utilizar los ‘videntes’. Nosotros no cambiamos nuestra forma de hablar por el mero hecho de no ver (literalmente). Así que, si vamos al cine, decimos: “He ido a ver una película”, sin más. ¿Por qué habría que modificar el lenguaje, si dentro del término ‘ver’ caben todas esas acepciones?

Con esto solo quiero dar a entender que si un ciego os dice que ha visto una película, no os extrañéis. Su concepto de ‘verla’ no es igual que el vuestro. La habrá ‘visto’ disfrutándola con el resto de sus sentidos. Habrá escuchado los diálogos y la banda sonora, se habrá emocionado en los momentos indicados, se habrá reído cuando el guión así lo requería. Y si en alguna escena no se habla y permanece un largo silencio, solemos preguntarle a quien va con nosotros al cine (en el caso de que la otra persona sea ‘vidente’), para completar la información que nos falta dentro del contexto de los diálogos.

Si me preguntáis, ¿es posible disfrutar de una película cuando careces del sentido de la vista? Sí, es posible. Ahora, si la pregunta es: ¿Es posible disfrutar plenamente de una película siendo ciego? Os diré que depende. Depende mucho del tipo de película. SI se trata de una película con mucho diálogo y poca acción, del tipo basadas en obras teatrales, por ejemplo, no hay ningún problema en seguirla. Pero si es una película con mucha acción, persecuciones, disparos, etc, es mucho más complicado seguir el ritmo y el argumento. Y a mí, personalmente, no me gusta estar en el cine preguntándole a mi acompañante cada dos por tres qué es lo que está pasando en la pantalla. Primero, porque puedes molestar a las otras personas, aunque hables muy bajito. Y segundo, porque no le dejas disfrutar a tu acompañante. ¿Solución? Yo procuro ir a ver películas con poca acción y más diálogo, para seguirlas mejor por mí misma, sin molestar a nadie.

De todos modos, en mi caso al haber visto, tengo lo que se denomina ‘memoria visual’. Cuando me describen una escena o una imagen, por ejemplo, puedo reproducirla fácilmente en mi cabeza, porque tengo recuerdos visuales. Sé lo que es un primer plano, un barrido por la pantalla, un picado, o un plano general, y puedo imaginarlo sin problema si alguien me describe cómo es una escena concreta dentro de la película. En cambio, alguien que nunca ha visto, puede saber lo que son esos conceptos, sabe la teoría, pero nunca podrá formarse la imagen mental.

Llegados a este punto, me gustaría hablaros del sistema ‘Audesc’. Este método se inventó para que los ciegos podamos disfrutar el cine lo más plenamente posible. Su nombre viene de la unión de las palabras ‘audio-descripción’, y consiste en la descripción sonora de la película. Una voz en off narra las escenas aprovechando los silencios entre diálogos, para describir al espectador lo que está ocurriendo en la imagen. Esta voz en off se añade a la banda sonora de la película, sin tapar los diálogos ni la música. De este modo, quienes no vemos podemos seguir sin problema el hilo del argumento.

En la videoteca de la ONCE, por ejemplo, existen más de 300 cintas audiodescritas. Desde clásicos como Casablanca o Lo que el viento se llevó, hasta películas más actuales, como Avatar, Primos, o Torrente 4.

Recientemente, en España algunos canales de TV privados han comenzado a emitir contenidos con la posibilidad de verlos en Audesc. Antena 3, por ejemplo, en su canal Neox, emite a menudo la serie Los Simpson con la opción de activar el Audesc. Y en Televisión de Cataluña, según tengo entendido, llevan años incluyendo este servicio a sus contenidos audiovisuales. Esto demuestra, a mi entender, que solo falta un poquito de voluntad por algunas televisiones o algunos medios, porque hacer los contenidos más accesibles no es tan complicado ni tan caro.

Así que, como podéis ver, existen opciones para que las personas ciegas podamos seguir disfrutando del cine. Sin embargo, confieso que hay momentos en los que echo de menos poder ver las escenas por mí misma. Porque por mucho que te las cuenten, es cierto que a veces, una imagen vale más que mil palabras. Aunque, si esas palabras son bien utilizadas, pueden llegar a sustituir a la imagen.

Una Breve historia de la Audiodescripción: Breve historia de la Audiodescripción

Las 10 preguntas más ‘estúpidas’ que nos hacen a los ciegos. Parte I

Cuando comencé a escribir este blog, allá por junio de 2009, mi intención era la de “abrirle los ojos” a la gente (nunca mejor dicho) en todo lo que se refería a los aspectos de las personas discapacitadas. Quería que al leerlo, comprendiesen que una persona con diversidad funcional es capaz de escribir y manejar un blog, por ejemplo. Pero también quería romper ese tabú que existe en nuestra sociedad, en la que parece que hablar de las cosas feas, las cosas que no son hermosas o perfectas no está bien visto. Aunque os cueste creerlo, hay muchísima gente que aún piensa que un ciego hoy en día sólo puede vender cupones, o quedarse en casa con una pensión por jubilación. Y lo que siempre he pretendido, desde este blog, y luego desde la radio gracias a la oportunidad que Eva Moreno me brindó en su programa de Cadena SER, ‘A vivir que son dos días Castilla y León’, es demostrar que somos capaces de mucho más. Que somos como cualquier persona, con nuestras filias y fobias, con nuestros gustos y disgustos, nuestras aficiones, nuestros odios y pasiones. EN definitiva, que no somos bichos raros.

Poco a poco, a lo largo de estos tres años, he ido descubriendo que a la gente le gusta conocer más acerca del mundo de la discapacidad. Todo lo relacionado con la accesibilidad y la inclusión despierta interés. Es más, algunos hasta dirían que la discapacidad está de moda. Pero lo cierto es, amigos, que todo lo relativo a las personas con diversidad funcional últimamente vende mucho en los medios. Se nos llena la boca con palabras como responsabilidad social, inclusión, tolerancia, respeto, igualdad… Pero quienes promueven todo eso, ¿en serio se han planteado lo que significa tener una discapacidad? ¿Saben de verdad lo que es vivir día a día siendo diferente a la masa dominante? ¿O es que vende más y mejor decir que somos inclusivos y socialmente responsables?

Desde aquí os animo a hacer un ejercicio de reflexión. A que os planteéis si realmente creéis en la inclusión, o si cada vez que veis un aparcamiento para discapacitados libre aprovecháis para dejar vuestro vehículo. ¡Solo un minuto, por supuesto! Y cuando veis a un ciego que se aproxima con su bastón/perro guía, ¿os apartáis para dejarle pasar, o seguís en medio de la acera charlando con vuestros colegas como si nada? (Esto es real, prometo que me ha pasado más de una vez)

Después de estas reflexiones, os aseguro que aunque se habla mucho, muchísimo de la discapacidad, todavía existe mucho desconocimiento acerca del tema. Se podría escribir un libro entero con todo lo que la gente desconoce de los discapacitados, y en concreto, de las personas invidentes.

Por poneros algunos ejemplos, he hecho una recopilación de las 10 preguntas más estúpidas que aún me sigue haciendo la gente.

1. ¿Qué ve un ciego? ¿Ve en blanco, en negro?

Iba un día de vuelta a casa, antes de tener a Brilyn (mi perra guía) y aún utilizaba bastón, cuando me pararon dos chavales. NO tendrían más de 12 o 13 años, y con la excusa de que tenían que hacer un trabajo de clase, me preguntaron que cómo veía un ciego, si veía en blanco, en negro, o no veía nada. La pregunta en cuestión reconozco que se las trae, y bien pensado, no es ninguna estupidez. Al principio me dio la risa, pero después, armándome de toda la paciencia de que fui capaz, traté de explicarles que cuando un ojo está tan dañado que no es capaz de trasmitir las imágenes que percibe al cerebro, se podría decir que el ojo simplemente no ve. NI en blanco, ni en negro, ni en multicolor. No ve. Les puse el ejemplo del dedo. Es como si vosotros trataseis de mirar a través de vuestro dedo. Como no existe comunicación en el dedo para recibir imágenes, éste no puede enviar ninguna señal de lo que está viendo hacia el cerebro. Porque el dedo no está hecho para ver. Pues los ciegos “vemos” así. Es decir, nuestros ojos son incapaces de recibir luz o color, por lo tanto, no pueden enviarlas al cerebro, y eso hace que sea imposible “ver”.

No sé si con el ejemplo los chavales despejaron sus dudas, pero me dieron las gracias y siguieron su camino.

2. Si me tocas la cara, ¿sabes cómo soy?

Mira que adoro el cine, pero esto es un bulo tremendo difundido por las películas de Hollywood. Si tocas la cara de una persona, solo te servirá para conocer su forma, sus relieves, la forma de su nariz, sus cejas o sus labios. Si tiene entradas en la frente, la cara llena de granos, o lleva flequillo. Pero nunca podríamos saber si una persona es guapa, fea o medio chimpancé recorriendo su cara con nuestros dedos. Porque es imposible formarse una imagen mental completa de una cara solo tocándola. Al menos yo no puedo. Los que hemos visto antes y ahora no, podemos tratar de imaginar mentalmente cómo es, pero es muy complicado. Yo desde luego, no uso ese método para ligar. Ahora bien, no puedo hablar por las personas que nacieron siendo ciegas. Ellos, al haber conocido el mundo toda su vida a través del tacto, tal vez puedan sacar más información de una persona palpando su cara. Pero por mi experiencia, ellos tampoco necesitan comprobar cómo es la cara de alguien para saber si les gusta o no. Se fijan más en la voz, en su tono y calidez, la risa, la personalidad en su conjunto. Pero oye, también puede que esté equivocada, y a alguien sí le sea de utilidad tocar la cara de la gente. Por favor, si hay algún ciego de nacimiento en la sala, que nos saque de dudas. Gracias.

3. Por la voz, ¿sabes si una persona es guapa o fea?

Esta es otra de mis favoritas. Es como preguntarle a una persona sorda si por el color de pelo de alguien sabe si su voz es suave o ronca. Os hacéis una idea, ¿no? Pues eso.

4. ¿Puedes bajar escaleras?

Esta es muy buena. Lo mejor es que quien me la hizo era supuestamente una persona formada, con su carrera en Derecho, colaboradora de una asociación de personas en riesgo de exclusión. Y al parecer, no era la primera vez que trataba con alguien invidente. Imaginad mi cara cuando íbamos a bajar por unas escaleras, y me preguntó si sabía/podía hacerlo. Fue, como dirían los yankies, un momento WTF? Total. (Nota: WTF = What the fuck? Lo que en castellano puro vendría a ser nuestro “¿Qué coj***nes?”)

Lamentablemente, no fue la única vez en que alguien puso en cuestión mis “habilidades” motrices. Recuerdo que una vez, en una entrevista de trabajo, ¿llegaron a preguntarme si sabía llamar por teléfono, y si sería capaz de hablar por teléfono y tomar notas al mismo tiempo. No, mire, he estudiado el bachillerato de letras y cinco años de carrera, ¡pero no me pida que llame por teléfono! Otro momento WTF.

5. Y a ti, ¿quién te limpia la cocina? ¿Y los baños?

Eso preguntó mi abuela en la última celebración familiar que tuvimos en mi casa. Bueno, no me lo preguntó a mí directamente, sino a mi madre. Fue muy gracioso. Casi me caigo de la risa cuando desde la cocina escuché que le decía a mi madre: “Oye, ¿Quién le limpia la cocina a la niña? ¿Y los baños?” Me dieron ganas de acercarme a ella y decirle: “Abuela, normalmente tengo un mayordomo y 20 doncellas, como en Downton Abbey, pero hoy les he dado el día libre”. Si hubiera sido otra persona, no se libra. Pero siendo mi abuela… Hay que entender que ella se crió en un ambiente y una generación muy distinta a la nuestra. Para ella, el hecho de que su nieta ciega haya estudiado, tenga un novio y viva independizada en su propia casa ya es todo un logro. Es de las que opina que si no encuentras un trabajo no pasa nada, ya trabajará él, y tú te quedas en casa, cuidando a los niños. Así que, por ser ella, le perdono la pregunta. Para el próximo día, que traiga la lejía y el estropajo, y me ayude a limpiar el baño. 😛

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El resto de las preguntas, en la segunda parte del post!

¿Alguna vez os han preguntado estas cosas? ¿Otras peores?

Y los que veis, ¿tenéis alguna duda/pregunta que os parezca muy tonta pero tengais curiosidad por saberla?

No os cortéis, ¡compartid vuestras preguntas tontas! xD

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"Soy Patricia, y soy ciega"

Hola, me llamo Patricia, y soy ciega.
No, mejor dicho, hola, me llamo Patricia, soy periodista, y soy ciega.
No, espera. Me llamo periodista, digo Patricia, y soy ciega, quiero decir, invidente.

En realidad, ¿importa tanto cómo me presente?

No creo que alguien pelirrojo, por ejemplo, tenga que decir, cada vez que se presenta, «Hola, soy Pepito de tal, soy cerrajero, y soy pelirrojo».

Además de que quedaría demasiado largo, no tiene mucho sentido.

Así que dejémoslo así: me llamo Patricia, y soy periodista.

Porque si luego encima, nos metemos en polémicas de lo políticamente correcto o incorrecto, ya no sabría decir si soy ciega, invidente, deficiente visual, o si tengo otras capacidades.

Lo mejor es lo que dicen ahora, que somos personas con capacidades funcionales diversas. Eso está muy de moda, pero me imagino a alguien en una entrevista de trabajo:

«Hola, soy Pepe, soy licenciado en derecho y tengo capacidades funcionales diversas».

Que el que le entrevista no sabe si está hablando con un invidente, con un robot de cocina o con una navaja multiusos.

Bueno, eso si llega a tener la suerte de que le entrevisten para un trabajo. Porque ahora, según están las cosas, si ya de por sí está todo complicado para la gente con capacidades funcionales normales, imaginaos para los que tenemos capacidades diversas.

A mí me han llegado a preguntar, que si sabía marcar números de teléfono, o que si era capaz de anotar algo a la vez que hablaba por teléfono. Increíble, pero cierto.
La gente tiene mucho desconocimiento de lo que somos y no somos capaces de hacer debido a nuestra discapacidad, perdón, quiero decir, debido a nuestras otras capacidades. Una vez, llamé por una oferta de trabajo, para un puesto en el que era imprescindible utilizar ordenador. La persona que tenía que hacerme la entrevista, me dijo que no tenían adaptado el puesto para personas invidentes, porque no tenían teclados en braille. Yo traté de explicarle que eso no era necesario, es más, en realidad ni siquiera existen teclados de ordenador en braille. Lo que se hace es instalar un programa de voz en el ordenador, que te va leyendo todo lo que aparece en la pantalla, y tú lo vas escuchando. Pero no me dejó terminar de explicárselo. NO les interesaba contratar a alguien que diera tantos problemas, entre comillas, porque yo en realidad, lo único que necesitaba era instalar ese programa en el ordenador.

En otra ocasión, alguien llegó a preguntarme que si para ser periodista no hacía falta ver. Eso me demostró que mucha gente aún no está preparada para comprender lo que significan las palabras integración y adaptación.

¿Es que no saben la cantidad de locutores invidentes que ha habido en la historia de la radio? Aún hoy los hay, muchos jóvenes periodistas, que a pesar de ser ciegos, trabajan día a día en sus emisoras locales, sacando adelante programas de mucho éxito. Incluso hay un caso en Andalucía, de una periodista invidente que es presentadora del telediario.

A veces, en el autobús, me preguntan que si tengo cupones para el viernes, o que si sé qué número salió ayer, a pesar de que no me ven los cupones por ningún sitio.

Porque la gente ve a un ciego, y todavía da por sentado que vende cupones. Oye, es una profesión de lo más digna, por supuesto que sí, y yo he estudiado una carrera y tengo un perro guía gracias a la venta del cupón, pero es que no se les ocurre que tal vez, ese ciego que va en el autobús puede ser un fisioterapeuta, un abogado, o incluso, una periodista que escribe estas líneas a tientas.

RECIÉN CASADOS

Hoy hemos asistido a un enlace dentro de la propia furgoneta. Justice y Sunshine (el perro y la perra de Miguel y Juanjo respectivamente) han contraído matrimonio.

La ceremonia se ha celebrado de forma totalmente improvisada, en el centro del pasillo de la furgoneta de Leader Dogs. La unión ha sido bendecida por el reverendo padre Randy, y como testigos han asistido Duchess, Lincon, Brilyn y Skylar.

Es toda una historia de amor que se venía fraguando en las últimas semanas, y hoy por fin se ha consolidado. En vez de Pasión de Gavilanes, esto parece el culebrón titulado Pasión de Labradores xD

Además, les ha faltado tiempo para empezar con la luna de miel. Ya en la misma furgoneta, nada más volver de hacer la ruta, han empezado a lamerse el hocico y comerse la oreja el uno al otro. Esto es amor del bueno, chicos.

A ver qué pasa cuando cada uno vuelva a su casa, Sunshine a Madrid y Justice a Barcelona. Tendrán que hablar a través de la web cam xD

De momento, les dejaremos que sigan disfrutando de su luna de miel.

¡Viva los novios!

NOCHE DE HALLOWEEN

Antes de continuar con nuestras aventuras por Rochester (Michigan), quería dejaros algunas fotos como testimonio de lo que hicimos la noche de Halloween.

En la mesa del comedor nos pusieron un plato de plástico a cada uno, donde nos dejarían los trozos de pizza, y delante de nuestro plato, cada uno teníamos una bolsa de chocolatinas!

Además después de cenar, como vinieron el hijo y la nuera de Juanjo a visitarle y ver la escuela, pudimos salir un ratito a tomar algo con ellos. Dejamos a los perros en las habitaciones y nos marchamos los 6 españoles (todos excepto Carmen, que la pobre andaba agotada y le dolía la espalda) con Juanjo junior y Ana (Juanjo’s nuera), que habían reservado mesa en un pub del centro de Rochester.

Por la tarde habían comprado disfraces para todos, así que esa noche nos sumergimos de lleno en la tradición yanki. Los chicos llevaban orejitas de gato, y las chicas, algunas eran brujas, otras diablesas, y otras conejitas.

Estuvimos en un pub muy tranquilo, con no demasiado ambiente, pero en el que se podía hablar y estar sentados en unos sofás muy a gusto. La pega es que las cervezas y los combinados aquí no son iguales que en España, porque el mojito que me tomé yo, por ejemplo, no sabía a penas a menta ni nada, sólo tenía ron, pero bueno, a todo se adapta uno…

No había mucho ambiente de Halloween, o al menos a esas horas aún no había nadie disfrazado. Los de la escuela sólo nos dejaban salir hasta las 22:30, así que estuvimos solo un ratito. Pero fue suficiente para disfrutar del momento más friky de la noche: en un momento dado, entró en el pub un chico vestido como con un batín, en plan director de la revista Playboy (Hugh Hefner), acompañado por dos chicas vestidas de conejitas, muy ligeras de ropa. Se sentaron en la mesa de enfrente, en otro sofá, y empezaron a besarse y tocarse, delante de todo el mundo. Bueno, en realidad con la que se besaba todo el tiempo era con la morena, la rubia al parecer hacía las fotos y se divertía con ellos, se arrimaba para las fotos, pero la morena era la que le mantenía más entretenido al del batín. Curiosa escena la que prepararon. Eso en España creo que no se ve tanto, ¿no? Es que aquí a la gente se le va mucho la olla, jajaja.

Hablando de idas de olla, otro día tengo que contaros las de Randy, que son de campeonato. Pero es que para eso seguramente necesitaré un post entero xD

Bueno, os dejo algunas fotos de la noche de Halloween, espero que os gusten.

No quería terminar el post sin dar las gracias a Juanjo junior y Ana, que se portaron genial con todos nosotros. Son un encanto de personas y una pareja estupenda, majísimos los dos. Sin vosotros, la noche de Halloween seguramente hubiese sido mucho más aburrida, metidos en la escuela. Gracias por hacernos pasar un buen rato, y por todo lo que hicisteis por nosotros ese fin de semana. Sois geniales chicos, en serio. Espero que hayais tenido un feliz viaje de vuelta a casa. ¡Nos veremos por España!