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Mi primer año como mamá

Cómo ha sido tu primer año como madre, me preguntas. Y yo no sé ni por dónde empezar a responderte.

Podría decirte que desde el primer instante que tuve a mi hijo en brazos sentí miedo. Un miedo tan inconmensurable como el amor visceral que brotó dentro de mí.

Que desde el primer instante en que lo pusieron en mis brazos, sentí una mezcla de pánico, felicidad y nervios. Que sufro a cada segundo por si le sucede cualquier cosa.

Que tengo miedo de no ser suficiente: lo suficientemente buena, lo suficientemente inteligente, lo suficientemente flexible, rígida, tolerante…

A no ser la madre que se merece.

Que aún me cuesta creer que sea mío, a pesar de que ya ha pasado un año completo desde que abandonó el interior de mi cuerpo para salir al mundo.

A este mundo que ahora me parece más duro, cruel, extraño y difícil que nunca.

Un mundo en el que, a pesar de todo, deseo que sepa desenvolverse con seguridad, y a al mismo tiempo, que no deje de sorprenderse por cada cosa maravillosa que hay en él.

Que sufro por cada minuto que no paso a su lado, cada instante o cada sonrisa que me pierdo.

Que ojalá supiera expresarme mejor, para poder describir el instinto mamífero que me posee cuando lo tengo en mis brazos.

Pero no encuentro las palabras. Ni siquiera creo que las haya, para contarte cómo ha sido este primer año como madre.

Tú sabes lo que es. Un día, hace justo treinta y seis años, también lo estabas descubriendo.

¿Recuerdas aquella sensación? ¿Recuerdas el miedo, las dudas, las inseguridades?

¿Recuerdas también las sonrisas, los momentos de felicidad absoluta? ¿De reír por nada? ¿De llorar por nada?

Porque eso es la maternidad, creo. Un torbellino de emociones que nacen de lo más profundo y que no se pueden explicar.

¿Cómo describir la magia? ¿Cómo explicar el amor?

No sabría ni por dónde empezar. Tan solo se me ocurre decirte que eches la vista atrás, que recuerdes, ¿cómo te sentiste tú cuando me tuviste por primera vez entre tus brazos?

Ahí tienes la respuesta.

Por qué el doblaje es inclusivo

Últimamente estoy percibiendo mucha polémica en torno al tema del doblaje. Sobre todo, leo discusiones en las redes sociales sobre el eterno debate: doblaje versus versión original (VO). Esto no es nada nuevo. Ya sabemos que las redes sociales son el perfecto campo de batalla para grandes y encarnizadas luchas de opinión en las que todos hablan sin respetar al de enfrente y sin prestar atención a sus argumentos.

En este caso, quizás porque me afecta directamente, pero me llama mucho la atención lo radical de las personas que adoptan una postura contra el doblaje. Llegan a decir, directamente, que debería desaparecer para que “todos” podamos aprender idiomas y “evolucionar culturalmente”.

Hay quien opina que todo el contenido audiovisual —series o películas— debería dejarse en versión original y como mucho, ofrecer la opción de verlo con subtítulos (VOS).

Los argumentos clásicos que se suelen esgrimir en contra del doblaje son siempre los mismos: que si fue un invento del franquismo; que si se creó para la población analfabeta y que nos impide progresar; que si esto afecta a nuestro aprendizaje de los idiomas; que si adultera el producto original…

El actor de doblaje y locutor Marcel Navarro ha respondido a estas cuestiones en su cuenta de Twitter. Y como él lo explica maravillosamente, he querido reproducir aquí sus argumentos.
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Sobre la percepción espacial de las personas ciegas y el reconocimiento de nuevos entornos

Esta es una cuestión que a menudo me hacéis llegar a través de los comentarios o mediante el formulario de consulta. Vamos a ver si somos capaces entre todos de explicarlo 😉

Hola,
Mi proyecto es un performance documental apoyado de nuevas tecnologías como la realidad virtual para transmitir las sensaciones que experimenta una persona con discapacidad visual al llegar a un lugar desconocido o un espacio nuevo, como casa de un nuevo amigo, hotel, una nueva casa, etc.
Mis preguntas son:

  • A modo de narración, ¿Cuales son todas las acciones para adaptarse cuando llegan a un hotel desconocido, o una casa nueva?
  • ¿Qué precauciones toman para andar con seguridad?
  • ¿Qué imaginan cuando sucede todo este reconocimiento?
  • ¿Cuales son las sensaciones al reconocer el lugar?

Muchas Gracias por el espacio, espero su respuesta, saludos.

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El skater ciego

Esta mañana un compañero me pasó este artículo, acompañado de un documental en YouTube, sobre un chico ciego que hace skate. ¿Cómo? Lo mejor es que veais el vídeo.

Confieso que yo no he podido verlo entero (todavía), porque me he emocionado tanto escuchando su historia que he tenido que pararlo… (El que avisa no es traidor, como dicen por aquí ;-))

Marcelo Lusardi, el ‘skater’ ciego

andrea nogueira | a coruña 02.12.2016 | 12:18
Opinión A coruña

Hace cuestión de un año Marcelo Lusardi se quedó ciego. Así, en cuestión de unas semanas y con sólo 19 años. Una enfermedad le borró la vista y el joven, que nació en Buenos Aires pero vive en Santiago, creyó que su gran pasión, el skate, se había terminado para siempre. Sin embargo, un día cogió el patín y bajó a la plaza en la que sus amigos practican sus trucos para ser, como antes, uno más. Lusardi es ciego y es skater. El minidocumental The Blind Rider (Runaestudio), que se puede ver gratuito en internet, cuenta su historia.

«Fue un proceso muy duro y largo», reconoce Marcelo desde Santiago. Un día comenzó a ver mal por un ojo y fue al médico. Le dijeron que se trataba de una enfermedad de carácter hereditario, neuropatía óptica de Leber, y que no había nada que hacer, avanzaba muy rápido. «Me afectó a un ojo y me dijeron que no se iba a pasar al otro pero en poco tiempo empecé a ver mal por el otro también, fue una locura», recuerda este joven afincado en Galicia.

Durante seis meses estuvo deprimido, no podía asumir todo lo que le había pasado, ni siquiera lo había compartido más allá de su familia. Pero un día cogió el skate y bajó a la plaza a encontrarse con sus colegas. «Les conté todo y ellos me animaron un montón, me dijeron que no pasaba nada, que patinara igual, no sé si lo decían en serio, pero no sé, lo hice», recuerda.

Después de tanto tiempo sin subirse a su patín no era nada fácil. «Cuando pierdes la vista pierdes el equilibrio, cuando iba con el bastón hasta me costaba andar recto por la calle», ejemplifica. Tuvo que aprender a situarse, a orientarse por el ruido y a ver con los pies, a percibir el zumbido de las ruedas en sus plantas. Cuenta que el día que sus amigos le animaron a subir al skate fue «la clave». «Tuve que quedarme ciego para saber quién soy y qué quiero hacer», reconoce en el documental.

En su plaza no necesita mucho para deslizarse por las rampas, sabe donde están, pero cuando se trata de un sitio nuevo lo escudriña primero con el bastón para hacerse su mapa mental. Después se monta en el patín y, como todos, cae una y otra vez hasta que borda la pirueta. Su sentido del tacto se ha agudizado así que ahora se concentra en la tabla: «Pego el bastón a la rodilla y hay una cosa que le hace gracia a la gente porque cuando es de noche y ya estamos charlando, para saber cuál es mi tabla, las voy tocando todas y solo por el tacto ya se si es la mía o no».

Lo repite varias veces, en el documental una y otra vez, sin su familia, amigos y el skate no lo hubiese superado. Recuerda que en los meses de reclusión tenía la impresión de no poder hacer nada. Pero el momento en el que bajó a la plaza fue «el mejor día» de su vida.

«El patín es algo que es distinto, no es algo para ciegos, hay fútbol para ciegos, pero no hay un manual que te diga cómo patinar, lo hago yo solo y eso te alienta muchísimo a seguir», explica este joven de 19 años.

Lusardi está esta semana con exámenes. La enfermedad lo cogió repitiendo segundo curso de Bachillerato. Ha tenido que aprender a estudiar por audios y a leer y escribir en braille. Su vida se ha adaptado a su nueva situación -quedarse sin visión en apenas unas semanas-, desde su teléfono móvil a su patín. Esta semana, Marcelo Lusardi quizás no vaya a la plaza, pero el fin de semana estará allí.

Toda una lección para aquellas personas que no creen que puedan hacer algo. Cualquier cosa. Si tienes las ganas y la ilusión suficientes, se pueden mover montañas.

¡Feliz fin de semana!

Perdida en los Siete Reinos

Perdida… o más bien debería decir totalmente atrapada!

Como ya mencioné en el post anterior, «Efectos secundarios», llevo semanas recuperándome de una intervención quirúrgica. En este tiempo de convalecencia en el que además se ha sumado un calor inhumano y unas temperaturas que hacen que Brilyn, mi pobre Golden esté escondida en los rincones más frescos de la casa, he intentado descansar para recuperarme lo antes posible. Pero en ese impás, mientras lucho con la terrible fotofobia y los dolores de cabeza, ha habido algo que ha hecho que mis días fuesen algo más llevaderos: los chicos del podcast de Hielo y Fuego.

Para quienes no sepan lo que es un podcast, se trata de una especie de radio en diferido, como programas grabados por personas, ya sean profesionales o aficionadas. A mí me recuerda un poco a las cintas de casette que grababa cuando era pequeña con mi hermano, cuando fingíamos ser locutores de radio y hacíamos entrevistas y programas de todo tipo… Aunque estos tienen mayor calidad y son más profesionales, por supuesto 😉

Más info: “Podcasting”, en Wikipedia

Existen podcasts dedicados al cine, la literatura, música… todo tipo de fandoms. Incluso hay podcast de programas de radio reales, que se suben al servidor para que la gente pueda escucharlos cuando le apetezca.

Yo descubrí hace tiempo la aplicación iVoox para escuchar podcasts. Allí por ejemplo encontré uno llamado “Escuchando películas”, donde se puede disfrutar de películas audiodescritas en sistema Audesc, muy cómodo y sencillo de utilizar para quienes no vemos.

Pero entre tantos programas y tanta oferta de entretenimiento, hace algo más de un año di con un podcast que me apasionó, dedicado al mundo de Canción de ielo y Fuego, la saga de George R. R. Martin en la que se basa la popular serie Juego de Tronos.

Creo que nunca he hablado de esto en el blog. Para quienes no conocéis aún mi vena más friky, os diré que esta saga literaria viene siendo una de mis grandes pasiones (y obsesiones, casi diría) desde hace años. Gracias a mi buen amigo Ramón Méndez, que fue quien me la recomendó allá por el año 2008, cuando todavía no se sabía ni de la intención de la HBO por realizar la serie… Comencé a leer el primero de los libros, Juego de tronos, entre curiosa y escéptica. Y cual fue mi sorpresa cuando llegué a la famosa escena de la página 100, cuando pensé “Ostras, esto no era lo que yo esperaba!”. Creo que me pasó como a casi todo el mundo que ha leído el primer libro. Empiezas creyendo que es una cosa, una historia de fantasía épica medieval sin más… cuando de pronto, zasca! “Las cosas que hago por amor”, y te quedas con la cabeza loca…

Pues bien, he de decir que leí los 4 primeros libros en poco mas de mes y medio. O más bien los absorbí… Los devoré a tal velocidad que hoy en día hay cosas que no recuerdo haber leído (por lo que me estoy replanteando hacer una relectura de todos los libros en breve)…
Más tarde se publicó “Danza de dragones”, el quinto de los libros, que también devoré, y aquí seguimos, esperando a que Martin termine de una vez “Vientos de invierno”, el esperado sexto libro.

Pero mientras tanto, en esa espera descubrí el mencionado podcast de Hielo y Fuego, y poco a poco me fui enganchando. Al principio he de confesar que ssolo me descargaba los programas más interesantes, como el que dedicaron a las visiones de la Casa de los Eternos, el de las teorías sobre el final de la saga, o el de las “tres cabezas del dragón”. Pero el año pasado, descubrí que podía escuchar los análisis que los chicos del podcast iban haciendo de cada capítulo de la serie de forma simultánea a la retransmisión de la quinta temporada.

Y me descubrí esperando cada entrega semanal del podcast casi con más impaciencia que los propios capítulos. Porque al no poder verlos con audiodescripción, el escuchar los pormenorizados análisis que los chicos hacían de cada escena, de cada gesto, cada interpretación de los actores, incluso de los detalles como las espadas, los vestuarios o los estandartes, me ayudaba muchísimo a captar cosas que al visionar los capítulos me perdía por no poder verlos.

Este año, con la sexta temporada he repetido el proceso. Incluso, tengo que confesar que he llegado a escuchar alguno de los análisis del podcast sin haber visto aún el capítulo. Así después, al visionar la serie ya sabía qué iba a ocurrir en pantalla, o qué pequeños detalles podíamos perdernos si no estábamos atentos. Gracias a los chicos del podcast, por ejemplo, supe al detalle cómo era la armadura del Pez Negro durante el asedio de Aguasdulces. Supe que Danerys llevaba un peinado con trenzas y que, en palabras de Vero, “estaba guapísima” en la escena en que se despide de Jorah. Gracias a las explicaciones técnicas de Carlos, supe cómo había sido la escenografía en el Septo de Baelor durante el juicio del capítulo 6×10,con picados y contrapicados, así como las escenas de los personajes vistiéndose al inicio del capítulo mientras escuchamos esa maravillosa música de fondo… También pude entender mejor el trepidante final del quinto capítulo, “The door”, gracias a que los chicos del podcast analizaron frame a frame y de forma pormenorizada cada segundo de la escena.

En definitiva, que me he acostumbrado a ver los capítulos de la serie con estos chicos, que hacen una labor impresionante cada semana. Y no sé si será por su forma de ser, porque resultan simpáticos y además te hacen reír, o porque son capaces de analizar la serie de forma crítica y analítica (aunque a veces les acusen de haters… xD), lo cierto es que me han enamorado. Desde el salero de la simpática Mirce ; la dulzura de Vero ), con la que por cierto me siento tan identificada muchas veces; la simpatía y sentido del humor de Carlos , con esos chistes tontos; el frikismo de Javi y su pasión por Stanys; al igual que Pablo con Cersei (por cierto, me encanta la voz de este chico); la risilla pícara de Capi y su humor más acidillo; o Mikel y su indignación con la HBO por lo que han hecho con Dorne (la cual comparto, por supuesto…).

Gracias a ellos, estas semanas de convalecencia se me han hecho más llevaderas. Desde que volví a casa tras la operación, el poder escuchar sus voces cada semana me ha animado, me han hecho reír y me han ayudado a que la recuperación no fuese tan dura. Por eso, si alguna vez llegais a leer esto, o si me atrevo a enviaros un mensaje, sabed que sois muy necesarios para muchas personas que os escuchamos.

Por cierto, si alguno estais por Madrid o Valladolid… Me encantaría conoceros en persona algún día 🙂

Gracias de corazón de una oyente que os sigue y a la que habéis conquistado. Yo colaboré en radio durante bastante tiempo y es un medio que enamora, tanto a quien está al otro lado del micrófono como a quienes están escuchando. Seguid como hasta ahora y no hagáis caso de las críticas negativas, que son la minoría.

Si alguien está interesado en escuchar el podcast, dejo aquí su página, tanto en iVoox como en Lossietereinos.com:

Podcast de Hielo y Fuego en iVoox.com

Los Siete Reinos – Podcast de Hielo y Fuego

Abrazos, leoncetes 🙂

#Preguntasdeciegos: ¿Cómo es la vida en el hogar?

  • ¿Cómo es su vida como persona ciega en el hogar? ¿Cómo cocina? ¿Cómo se mueve por su hogar? ¿Cómo limpia?

Mi casa, y creo que la de cualquier persona ciega, es una casa como las demás. Tan solo son necesarias algunas medidas de seguridad para evitar incidentes cotidianos, como por ejemplo, no dejar las puertas de habitaciones o armarios entreabiertas. Es preferible que estén abiertas del todo o cerradas del todo, nunca a la mitad, para evitar golpes.

En la cocina, utilizo algunos trucos o utensilios que me hacen la vida más fácil, como por ejemplo, una báscula parlante que te dice, de forma hablada, las cantidades. Así es más sencillo calcular a la hora de cocinar alimentos. También utilizo una dimo para hacer etiquetas en braille, de forma que puedo pegarlas en los botes de comida, cosméticos, latas de conserva, etc. Así puedo tener mi despensa ordenada a la vez que sé lo que contiene cada bote.

Mi vitrocerámica es una placa normal, solo que en lugar de ser digital (táctil) se maneja con mandos que van girando, lo que me permite saber en qué nivel de potencia tengo encendido cada fuego de la vitro. En una ocasión que tuve que vivir durante un tiempo en una casa con vitrocerámica táctil, lo que hicimos fue adaptarla de forma casera. Con un material que se utiliza para manualidades, llamado plomo líquido, dibujamos sobre la placa de la vitro algunos símbolos bajo los botones digitales: un signo de más, un guion, un círculo junto al botón de encendido, etc. Al secarse, el plomo líquido se solidifica quedando el dibujo en relieve y sin dañar el vidrio de la placa. DE este modo, puedes tocar y orientarte para saber dónde están los botones digitales.

Por otro lado, mi microondas también es un modelo normal, que se enciende mediante una ruleta que va girando. Con ayuda de la dimo, puse una pegatina en los puntos correspondientes a 1 minuto, 2 minutos, 5 minutos, etc, así puedo controlar el tiempo al que tengo que poner cada alimento. Con el horno lo mismo, y la lavadora igual.

Para moverme por mi casa no necesito nada. Mi perra guía está siempre suelta cuando estamos en casa, como un perro normal, casi siempre echada en su camita. Como conozco cada rincón y cada palmo de mi casa, solo tengo que caminar con cuidado de no tropezar con algún juguete que Brilyn -mi perra guía- haya dejado por el suelo. Normalmente el domicilio de una persona invidente suele ser un lugar muy ordenado. No puedo hablar por las familias de madres o padres ciegos con niños, donde imagino que habrá juguetes y trastos por el suelo, pero en general, suelen ser hogares donde predomina el orden.
Es importante colocar siempre las cosas en el mismo sitio -cada vaso y cada copa en su lugar- para evitar accidentes. El orden es fundamental. Incluso a la hora de cocinar, es muy importante tener todo colocado en la encimera. Yo suelo preparar de antemano todo lo que voy a utilizar, así no me despisto al ir a buscarlo y siempre estoy cerca de la vitro por si ocurre algo.

En la entrada del blog Cocinando a tientas expliqué un poco más a fondo este asunto de la cocina.

Para más información, también podéis consultar la web www.trucocina.es, un sitio que creamos entre varios amigos ciegos, donde compartimos nuestras experiencias y trucos en la cocina, con recetas explicadas desde el punto de vista de alguien que no puede ver cuando cocina.

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Cita con el Periodismo: de regreso a la radio

En ocasiones es necesario pararse y mirar hacia atrás. Reflexionar: ¿de dónde partimos?, ¿dónde estamos? ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

El otro día tuve el placer de participar en el programa de radio “Cita con el Periodismo”, creado en el ámbito de la radio universitaria por la facultad de Periodismo de Valladolid. Doy las gracias a Miguel Fernández-Páez, estudiante de último curso de Periodismo, y a su compañera, Alba Camazón, que me consideraron alguien digno de ser entrevistado en su programa de radio.

En “Cita con el Periodismo” entrevistan, una vez al mes, a algún periodista de Valladolid con, según dicen ellos, “algo que contar”. Y así me lo presentaron cuando me propusieron participar en el programa para contar mi historia.

Gracias a ellos, a lo largo de la entrevista fui haciendo una retrospectiva de lo que había sido mi progresión desde que salí de la facultad, allá por el año 2008, hasta la actualidad. Gracias a las preguntas que Alba me iba lanzando, fui explicando poco a poco cómo fue el proceso de buscar trabajo siendo una persona ciega, cómo me enfrentaba a las primeras entrevistas de trabajo, o cómo fue mi primera experiencia en la radio.

También hablamos de perros guía, del propio blog y de proyectos de futuro.

Si os apetece escuchar la entrevista, a continuación podeis ver el enlace.

Cita con el Periodismo – 29 de abril de 2016 | Radio UVa

Como siempre, ¡espero vuestros comentarios! 🙂

Los datos del blog en 2015

Los duendes de las estadísticas de WordPress.com prepararon un informe sobre el año 2015 de este blog.

Aquí hay un extracto:

La sala de conciertos de la Ópera de Sydney contiene 2.700 personas. Este blog ha sido visto cerca de 15.000 veces en 2015. Si fuera un concierto en el Sydney Opera House, se se necesitarían alrededor de 6 presentaciones con entradas agotadas para que todos lo vean.

Haz click para ver el reporte completo.

Curioso ver cuales han sido las entradas más visitadas, los temas que más han interesado o que más comentarios han recibido.

Un dato curioso: el día que más actividad hubo en el blog fue el 13 de julio… ¡el día de mi cumpleaños!

Desde aquí daros las gracias a todos por continuar leyendo mis desvaríos y ocurrencias. Espero escribir más en 2016 (o al menos prometo intentarlo ;)).

¡Felices fiestas!

Año nuevo… ¡Secciones nuevas!

He decidido hacer reformas en el blog, por así decirlo. Ya que hace tiempo que no introducimos nada nuevo por aquí, ¿qué os parece si incluimos nuevas áreas temáticas?

En realidad, una de ellas ya existía aunque no de manera oficial… Y la otra, la hemos tratado en alguna ocasión de una forma tangencial. Pero ambas tienen su justificación y se han ganado el pleno derecho a estar este año en el blog.

Os explico de qué se trata 😉

He creado dos nuevas categorías para clasificar los posts, de forma que ahora tenemos dos secciones nuevas:

Preguntas de ciegos

Descripción:

En esta sección incluiré todas esas preguntas, consultas o dudas que la gente suele hacerte cuando eres ciego. Aquí podréis encontrar también una recopilación de las consultas que los lectores del blog soléis enviarme, por si pueden ayudar a otras personas.

A lo largo de estos seis años de andadura en Viviendo a tientas, han sido muchas y muy variadas las preguntas que he ido recibiendo sobre el mundo de las personas ciegas. A veces lo hemos tratado con humor, otras con más seriedad… Y lo cierto es que ya era hora de que estas #preguntasdeciegos tuvieran su propia sección.

Así que amigos, si a partir de ahora tenéis cualquier duda, pregunta o consulta, por estúpida, insignificante o tonta que os parezca, no os avergoncéis. Tenéis a vuestra disposición el buzón de correo viviendoatientas@gmail.com y allí podéis enviar todas las preguntas que siempre habéis querido hacer y nunca os habéis atrevido.

Pero antes, ¡no olvidéis revisar las que ya se han publicado! No vayáis a enviar preguntas repetidas 😉

ah, el único favor que os pido es que en la consulta que enviéis por correo, indiquéis si dais vuestro permiso para publicarla en el blog o se trata de una consulta privada. ¡Gracias!

Padres a tientas

Descripción:

¿Alguna vez os habéis preguntado cómo es la maternidad o la paternidad para alguien que no puede ver? Hay padres y madres ciegos que crían a sus hijos a tientas, y lo hacen perfectamente. ¿Y cómo es criar a un bebé que nace ciego? ¿Cómo sobreponernos cuando nuestro hijo o hija pierde la vista? ¿Qué hacer para ayudarle a llevar una vida normal?
En esta nueva sección del blog exploraremos todas estas cuestiones, trataremos de averiguar cómo experimentan la paternidad y la maternidad los padres ciegos, y nos contarán qué trucos o herramientas utilizan para educar y criar a sus hijos como cualquier otra persona. Asimismo, compartiremos las experiencias de padres con hijos invidentes y cómo estos han logrado llevar una vida normal.

Desde que el buen amigo David Cambrón nos envió su historia desde México, «Mi hijo nacerá ciego, ¿qué debo hacer?», han sido decenas las personas que han dejado sus comentarios para contarnos sus historias. Hay muchas personas leyendo esto que han pasado por una historia similar -como mi propia madre, que nos contó su experiencia en el blog-, pero también hay gente que lo está pasando realmente mal porque acaba de ser padre o madre de un bebé ciego y no sabe qué hacer. Esta sección tratará de aportar un poco de luz a estas personas.

Pero no solo exploraremos el mundo de los hijos ciegos, sino que también le daremos la vuelta a la tortilla y averiguaremos cómo es la otra cara de la moneda. Hablaremos con padres y madres invidentes que han criado -o están criando aún- a niños que ven perfectamente. ¿Cómo es la crianza para una madre o un padre ciegos? ¿Cómo se las apañan en una sociedad tan tremendamente visual para educar a sus hijos?

Estas y otras cuestiones son las que pretendo abordar en el nuevo año que comienza, con la misma ilusión con la que he escrito en el blog desde que lo inicié allá por el 2009. Seguiremos compartiendo historias, curiosidades, anécdotas y dudas, resolviendo todas las que podamos y aportando luz siempre que nos sea posible.

Si os apetece acompañarme… Yo trataré de continuar iluminando el camino a quienes tienen que seguir viviendo a tientas 😉

¿Existe la ceguera psicológica?

Este es un tema que hasta ahora no había tratado en el blog, pero no por falta de ganas, si no por puro desconocimiento. Reconozco que apenas sabía nada del asunto, pero hoy cayó en mis manos un artículo publicado en Voz Pópuli, gracias a un compañero de trabajo, que habla de una mujer con múltiples personalidades, de las cuales, dos de ellas son ciegas. increíble, ¿no?

Aquí un fragmento del artículo, para poneros en contexto…

Hace 17 años la paciente B.T. tuvo un grave accidente en el que sufrió varias lesiones cerebrales. La primera que descubrieron los médicos fue que había perdido la vista como consecuencia de los daños en la corteza visual, lo que le obligó a aprender a caminar con bastón y perro guía. Cuatro años después empezó el trastorno de personalidad múltiple y la mujer desarrolló hasta diez identidades radicalmente diferentes, con edades, sexos y costumbres muy dispares. Personalidades que, tal y como relata The Washington Post, se manifestaban incluso en idiomas diferentes: a veces hablaban en inglés, otras en alemán y en ocasiones en las dos lenguas.

La mujer tiene ahora 37 años y su tratamiento médico se centraba en manejar estas personalidades múltiples que le dificultaban la vida cotidiana. Hasta que un día, hace unos meses, durante una de las pruebas, cuando la mujer estaba sumida en el rol de un joven adolescente, comenzó a ver de nuevo.

El asunto fue gradual. Primero reconoció unas cuantas palabras en la portada de una revista y después recuperó la visión del resto de la realidad. Más tarde, la recuperación se extendió a otras personalidades y otras de sus identidades comenzaron también a ver, hasta el momento actual en que ocho de ellas tienen visión y dos siguen siendo invidentes. El asunto es bastante enrevesado, pues la mujer cambia de personalidad y tan pronto ve como vuelve a ser ciega. El caso pasó a manos de los psicólogos alemanes Hans Strasburger y Bruno Waldvogel, que son quienes relatan los detalles en un artículo publicado en la revista PsyCh Journal. Tras conocer el cambio súbito en la visión de la mujer, explican, ambos sospecharon que el diagnóstico inicial había sido erróneo y la ceguera no tenía un origen fisiológico sino psicológico. Los médicos habían realizado una serie de pruebas sobre la visión – con láseres, gafas especiales y luces de distinto tipo – y concluyeron que la ceguera se había producido por un daño en la corteza cerebral. Pero el hecho de que la vista fuera y viniera en función de la personalidad les indicaba que allí estaba ocurriendo algo diferente.

Para asegurarse de que se trataba de un fenómeno real, los científicos realizaron varias pruebas de medición de señal cerebral mediante electroencefalograma y descubrieron que cuando la mujer entraba en el estado de sus dos personalidades ciegas, sus neuronas no mostraban respuesta alguna a los estímulos visuales a pesar de que la mujer tenía los ojos abiertos y miraba directamente a los objetos de la prueba.

Con todos estos elementos los investigadores creen que se trata de un problema psicogénico y no fisiológico, es decir, que no está causado por un problema estructural. Algo debió suceder durante el accidente, especulan, que hizo que su cuerpo reaccionara cortando la capacidad de ver, e incluso ahora dos de sus personalidades tienen este problema. No es extraño observar trastornos en los que el cerebro deja de procesar la señal visual aunque los ojos funcionen perfectamente.

Fuente: Cuando una de tus personalidades es ciega y la otra no

Si esta historia hubiese tenido lugar en el siglo XVI, estoy convencida de que a esta pobre mujer la hubiesen quemado en la hoguera acusándola de brujería. O habrían corrido a buscar al sacerdote más cercano para practicarle un exorcismo. Porque sinceramente, se parece a un caso típico de posesión demoníaca de los que tantas veces hemos visto en las películas.

¿Realmente es posible que la ceguera vaya y venga? ¿Que sea algo psicológico? ¿Y qué impulsaría al cerebro a desconectarse así de lo que le trasmiten los ojos a través del nervio óptico?

No sé muy bien qué explicación científica o médica habrán hallado para este caso -si es que la hubieran encontrado-, pero estoy segura de que aunque resulte casi inverosímil, este tipo de trastornos existen.

Curioso, ¿no os parece?

¿conoceis algún caso parecido? ¿Alguien que haya sufrido una ceguera temporal o circunstancial y recuperase la visión después de un tiempo?